Desde Madrid, desde el corazón de España
viajan estas palabras
este latido infinito
esta manera de vivir y amar la vida
-el trasatlántico enamorado
la algarabía toda del amor-.
Quiero agradeceros, padre y madre,
por el amor que os habéis dado,
porque cada uno fuimos hijos
de eso, de esa maravilla que es la vida
y que a través vuestro creció como una enredadera.
Lorgio, sabio y apasionado, padre mío
Isabel, enérgica, dulce y valiente, madre.
Disteis a la vida, vuestros cuatro hijos:
Paola, en la amada España
Diana, científica y trabajadora
Lorgio, como un Quijote, caminando por la vida
Amelia, abogada y madre
Los hijos de vuestros hijos: Paula, Fabiola, Carolina, Daniel,
Natalia, Laura y Alejandra.
Cada letra de sus nombres, música de la vida,
alegría siempre creciendo.
Padre y Madre
El hombre se echa a caminar…
En este mundo que es nuestro mundo…
Más que un hogar, nos formasteis con devoción
En aquello que tal vez más amabais:
Un mundo más justo, una cierta tolerancia
Un amor por la libertad, por las ganas de volar.
Y, por supuesto, el trabajo…
Nos disteis quizá lo más importante,
Vuestras propias vidas vividas,
Verlas desplegarse en este mundo que es nuestro mundo
Nuestro padre, su alegría y su buen humor, su sagaz inteligencia
La fortaleza de nuestra madre, su “no, señor, “
De todo eso bebimos, y fuimos abiertos para la vida
Para esta vida que cada uno de nosotros diariamente vivimos.
Y el amor siempre traspasa fronteras, por eso que
Vuestro amor siempre fue más que a vosotros dos,
Vuestro amor se extendió como las semillas que las lleva el viento
A otras tierras, a otras extensiones.
Beso ardientemente la vida y en ese beso os amo.
Madrid, 16 de mayo de 2009
Paola Duchên (1960)
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